El Reflejo de Luna
- informesquy
- 20 mar
- 2 Min. de lectura
Un cuento corto sobre Amor Propio:
La encantadora Luna siempre había recibido la aprobación y elogios de los demás, por lo que se esmeraba en ser perfecta. Sin embargo, comenzó a darse cuenta de que, aún cuando recibía reconocimiento, siempre sentía un vacío en el pecho, como si algo le faltara. Desde pequeña, había aprendido que su valor dependía de lo que los demás pensaran de ella…
Pero un día decidió utilizar una técnica muy confrontativa: “hablarle a su reflejo en el espejo, como si fuese otra persona a la que intentara complacer”.
—Siempre he tratado de ser perfecta. La mejor amiga, la mejor hija, la mejor en todo. Pero… no importa cuánto me esfuerce, nunca es suficiente. Siento un vacío.
—¿Por qué crees eso?
—Desde siempre me he sentido invisible, insuficiente. Mis errores y fracasos me persiguen. Cada vez que algo sale mal, siento que es culpa mía y que nunca hago nada bien.
—Luna, ¿alguna vez te has mirado con los mismos ojos con los que miras a los demás?
—No lo sé… supongo que no. Siempre espero que alguien me diga que valgo la pena.
—Mírate fijamente en el reflejo del espejo ¿Qué ves?
—Una persona cansada, fea… triste… llena de dudas e inseguridades.
—Ahora, cierra los ojos y dime: ¿Qué le dirías a tu mejor amiga si estuviera en tu lugar?
—Le diría que no necesita demostrar nada, que sus errores no la definen y que todos los aprendizajes en esta vida son ensayo y error. Que es valiosa simplemente por ser ella, que me alegra muchísimo tenerla en mi vida y que quisiera que se viera con el mismo amor con el que yo la veo.
—¿Y por qué no puedes decirte eso a ti misma?
—No sé, porque siento que me cuesta mucho ser buena conmigo. No lo entiendo.
—El amor más importante que puedes recibir es el tuyo. Abrázate, acéptate y perdónate. Mereces ser tratada como tratas a los demás, con la misma bondad. ¿Acaso no eres una persona como las demás?
—¡Claro que sí! Y es lo justo, pero me doy cuenta de que me hablo muy mal…
—Comienza paso a paso. Empieza por entenderte, trabajar tus heridas y traumas, tenerte paciencia y poco a poco ir cambiando ese diálogo interno destructivo. Recuerda que mereces brillar*
Desde ese momento, Luna empezó a utilizar su bondad en ella misma. Entendió que el amor propio no era un camino fácil y que se construía día a día. Comprendió que las críticas, la autoexigencia y la presión, solo la destruían. Y comenzó a desarrollar su amor propio con paciencia y atención, cultivando un mayor autoconocimiento y relación consigo misma.
Escrito por Ornella Fortunic
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